22 de noviembre de 2011

La democracia ha muerto I

La tarde del sábado, volviendo a casa para ir a votar el domingo, me crucé con un grupo del 15M de Burgos que estaba realizando una acción. Llevaban a hombros un ataúd, el de la democracia. Portaban velas, vestían de oscuro. ¡La democracia ha muerto!, lloraban. Todo ello me llevó a pensar qué la había matado.

El 15 de mayo todos salimos protestando por una ley electoral injusta, que hacía que un voto no valiese lo mismo según tu provincia, y que beneficiaba, y mucho, al bipartidismo.

Ya hace tiempo que el gobierno pinta poco. Desde el principio de la crisis, este último año especialmente, quien manda en este país, en Europa y en todo el mundo es el mercado. Se legisla, se hace y deshace, se recorta, en función de lo que los mercados (a los que podemos poner nombre) dictaminan.

Hace no mucho, nada más volver de vacaciones, descubrimos que la Constitución Española podía ser reformada en 5 días y sin consultarle al pueblo.

Después de esto, Europa ha descubierto el modo de lobotomizar la participación ciudadana: tecnocracia, se llama. Se trata de quitar gobiernos elegidos por el pueblo y poner en su lugar a técnicos economistas, culpables directos de la crisis y siervos del amo Mercado. En el caso de Grecia, a quien falseó las cuentas para que pudiera entrar en el Euro (motivo principal de su actual situación). En el de Italia, a un importante estadista de una agencia de calificación. En ninguno de los dos países se van a convocar elecciones en breve para que el pueblo decida quién les representa.

En la radio escuché que se habían ahorrado más de tres millones de Euros en papeletas, porque se presentaban ¡La mitad de candidaturas que en otras ocasiones! Esto se debe a la reforma de la ley electoral que obligaba a recoger avales a quienes no tuviesen representantes en el Congreso o el Senado.

Por todo esto lloraba aquel grupo de manifestantes ¡la democracia ha muerto! Con ella, la posibilidad de que el pueblo decida pacíficamente su futuro.

2 de noviembre de 2011

Palabra de López Garrido

El ex diputado de Izquierda Unida y actual Secretario de Estado para la Unión Europea ha hablado sobre Grecia, y el reciente anuncio que ha hecho Papandreus de la convocatoria de un referéndum a sus ciudadanos para aceptar o no un nuevo "paquete de ayudas".

Lo que este señor ha venido a decir es que los griegos tienen que asumir lo que Bruselas (yo diría más bien Berlín) sí o sí. También que son tontos y que, como no van a saber elegir lo mejor para ellos en un referéndum hay que dárselo todo mascadito e impedir que su presidente llame a las urnas a sus ciudadanos para decidir qué quieren para ellos. Todo un alarde de democracia, así se hace.

"Estas medidas de política diarias no deben ser tomadas por el pueblo, para cosas así están las instituciones públicas. Lo que debe hacer el gobierno griego es tomar las medidas que se le piden desde Bruselas". Estas lindezas son obra suya. El Secretario de Estado para la Unión Europea cree que estas medidas son del día a día, y que no deben ser tomadas en cuenta por los ciudadanos, sino únicamente por el gobierno. Gobierno, el griego, que navega en el descrédito y la petición masiva de dimisión por parte de la oposición y el pueblo.

Lo más impresionante de todo es que López Garrido dice que los referéndum sólo son para decisiones importantes y de embergadura, como una reforma constitucional ¿¡Se da cuenta de lo que dice!? Si esto resulta tan reseñable es por dos motivos:
- España no hace tanto reformó la Constitución por la vía rápida; es decir, sin siquiera debate en el Congreso de los diputados.
- Evidentemente, el paquete de medidas que acompaña a las nuevas ayudas ofrecidas por Europa no es precisamente una tontería, por lo que el pueblo tiene mucho que decir al respecto.

Vamos que según él, y la mayoría de políticos que navegan por Europa, el pueblo griego tiene que agachar la cabeza y aceptar el rescate a los bancos alemanes como si el favor se lo hicieran a ellos.

Fukushima no para

Ya lo advirtieron expertos nucleares: hasta que no pasen al menos 6 meses de inactividad completa en los reactores de la central, no podremos considerar que ya no hay riesgo de una nueva reacción del combustible. Así ha sido. Uno de los reactores de la central nuclear japonesa está emitiendo gases que suelen producirse durante las reacciones de fisión del uranio 235.

El reactor número 2 de la central nuclear japonesa está dando señales de una nueva reacción de fisión. La compañía dueña de la central asegura que una reacción de ese tipo es posible, pero poco probable y que de estar sucediendo, se trata de una reacción a muy pequeña escala. Ojalá sea así, pero a estas alturas cuesta mucho creer en la palabra de TEPCO.

Pero claro, eso es cosa de locos, de ecologistas neuróticos que no tienen ni idea de lo que están diciendo, o que lo exageran todo. Error y grave. Siempre se dice lo mismo, y esta vez, por desgracia, también se ha demostrado que al final los neuróticos ecologistas que no tienen ni idea de lo que dicen volvían a llevar la razón.

Sólo nos queda esperar, desear, que sea algo residual, que no vaya a mayores y, sobre todo, que no emita aun más radiación al exterior. El daño que ya ha hecho es incalculable y este suceso no hace sino incrementarlo.